Concejo Indígena de Gobierno y Cherán: La voz de Salvador
Campanur
De la política anti-partidaria y
la comunidad política
Realización, texto y
guión: Luis Ramírez Trejo (Homo vespa)
Cámara, edición y
diseño: Javier Clériga (Xavoténcatl)
La
verdadera comunidad política, aquella
que no es un remedo o un simulacro, nunca permite que el pragmatismo o el
sentido de la oportunidad triunfe sobre los principios que le dan vida. Quienes
participan en ella, saben que es necesario tomar decisiones prácticas; también
saben que no se puede permitir que las formas de justicia y libertad que se
crean, conforme se desarrolla la comunidad, sucumban ante cualquier coyuntura.
No
hay comunidad política, por ejemplo,
en los partidos políticos de México[1] que, en tiempos de
elecciones, no sólo apelan al apoyo interesado de individuos o gremios; sino
que además negocian toda participación a partir de la lógica aritmética del
comerciante hábil: el intercambio, por ejemplo, de una cantidad aproximada de
votos por un número de escaños en el senado, predios en alguna playa exótica o
puestos en el futuro gobierno.
Este
principio de coherencia es claro en las comunidades que integran el Congreso
Nacional Indígena (CNI), entre ellas la comunidad de Cherán, en Michoacán. Como
es sabido, Cherán es una comunidad de alrededor de 18,000 habitantes que
protagonizó una revuelta popular en 2011[2]. En dicha revuelta, se
expulsó al crimen organizado y a las autoridades locales. La comunidad ganó el
reconocimiento ulterior, por parte del sistema jurídico mexicano, de sus
propias formas de gobierno bajo el esquema de usos y costumbres. Cherán es hoy
reconocido como un pueblo digno que no sólo ha logrado salir del esquema de
explotación criminal a la que estuvo sometido por años, sino que constituye un
paradigma de auto-determinación: este pueblo se ha hecho cargo de su propia
seguridad, vida política y reconstitución de su territorio.
En
octubre de 2016, el Congreso Nacional Indígena y el Ejercito Zapatista de
Liberación Nacional (EZLN) lanzaron una convocatoria para proponer la creación
de un Concejo Indígena de Gobierno (CIG) cuya vocera se presentara como
candidata independiente a la presidencia de la República. Como se ha explicado
muchas veces, esta iniciativa se hizo para echar a perder la fiesta electoral a
los partidos políticos y sobre todo para tejer la organización necesaria para
transformar el país. Nunca ha estado dentro de las prioridades del CNI competir
en un palenque oscuro donde todos los gatos son feos y pardos; mucho menos
conquistar la maliciada silla
presidencial.
Las
reacciones ante esta iniciativa en las comunidades indígenas participantes en
el CNI fueron, en aquel momento, disímbolas. Después de meses de discusión, en
mayo de 2017, se nombró a María de Jesús Patricio Martínez, Marichuy, como
vocera de un Concejo Indígena de Gobierno integrado, en ese entonces, por
alrededor de 70 personas. A enero de 2018, el CIG suma más de 150
representantes provenientes de decenas de comunidades de toda la República.
Salvador
Campanur, miembro fundador del CNI, es una de las figuras más respetadas en
Cherán. Su testimonio es especialmente importante porque refleja la mirada
aguda de quien ha formado parte del CNI desde el principio y ha participado
activamente en uno de los acontecimientos de emancipación política más
importantes en el México del siglo XXI. En esta entrevista, Salvador Campanur
es especialmente enfático en aclarar que sus respuestas al respecto de la
iniciativa lanzada por el CNI no
representan la postura de su comunidad, sino la perspectiva tan sólo de un participante del CNI y
del movimiento de Cherán. En efecto, Cherán en ese entonces aún no discutía, ni
en sus asambleas ni en sus concejos de gobierno, el asunto.
«El movimiento se da porque
hay un problema de injusticia, hay un problema de represión, de discriminación,
de robo, de despojo, de desprecio. Estábamos viviendo el exterminio de nuestra
comunidad».
Campanur,
al identificar a los agresores, no se refiere de manera inmediata a los malos,
a los «rapamontes», a los que humillaron y asesinaron a cualquiera que se les
opusiera, al crimen organizado que durante años explotó los bosques de Cherán.
Para Campanur, el enemigo verdadero, delante y detrás de esa estela de muerte y
destrucción, es el capitalismo. El campesino lo explica con claridad:
«El mal gobierno, los
partidos políticos, el crimen organizado, la gente de los dineros, los más
ricos: nosotros vemos que eso es el capitalismo. El capitalismo es el que
destruye pueblos, despuebla pueblos, y los vuelve a poblar pero con otro tipo
de gente"
Vida,
territorio y respeto a la naturaleza son también ejes fundamentales de la política
desarrollada en el CNI; el espacio de los pueblos que debe ser entendido de
manera muy amplia: en él caben las tribus, las comunidades, las naciones, los
barrios, la sociedad civil. Campanur explica el carácter de esta organización:
«En ese espacio de
reflexión no existen jefes. Existe el modo de actuar horizontalmente y que
todos seamos iguales con la palabra»
Para tomar
decisiones, el CNI respeta la dinámica de cada una de las comunidades: «cada
quien agarra su paso para llegar y sacar un acuerdo. En todo nuestro país cada
quien tiene su ritmo».
Campanur
hace un recuento de los principales puntos de discusión de Cherán con la
propuesta lanzada por el CNI. Enfatiza, sin embargo, que pese a dichas
diferencias:
«Estamos dentro. Estamos
participando en las reuniones. La comunidad llegará el momento en que mandate
qué hacer. Una vez que mandate. Eso ya no se doblega. Eso ya es una
determinación que se hace ley.»
Tiempo
después el Concejo Mayor de Gobierno de Cherán anunciaría oficialmente su
respeto hacia la propuesta del CNI y su rechazo a la instalación de casillas
electorales en su territorio. Era de esperarse. Cherán y otras comunidades en
resistencia que luchan por separarse del paradigma electoral, impuesto como el
único modelo válido de democracia, están siempre bajo el asedio de presiones
externas e internas que atentan contra los procesos de emancipación que con
tanta creatividad y trabajo han desarrollado.
En estas comunidades es necesario cuidar lo avanzado, sin que se deje de
apoyar otras resistencias. En palabras de Pedro Chávez Sánchez miembro del
Concejo Mayor de Gobierno de Cherán K’eri:
“Nosotros
respetamos el proceso que se dé, sabemos que es un modo de organización y
resistencia, pero no algo que [se] anteponga [a] la organización de Cherán,
tenemos que cuidar nuestro propio proceso”
“Yo
creo que en Cherán está definido, mientras no se contemple otra cosa vamos a
seguir nuestro proceso: no a la entrada de las urnas, no a la participación
electoral, y sí a refrendar y consolidar nuestro modo de vida a través de la
determinación de nuestros usos y costumbres”[3]
Por
otro lado, Campanur deja claro que no se trata de un movimiento exclusivamente
para indígenas. La identidad, lejos de ser un límite, es un punto de conexión
con todos los que piensan en todos. Esta
es la comunidad política a la que se
apela:
También
explica las razones que excluyen a los partidos políticos como una alternativa
para transformar el país y, de paso, pareciera contestar las objeciones de críticos como John Ackerman o el mismo Andrés Manuel López Obrador[4]:
«Ellos no hablan de ser
anticapitalistas y entre los partidos políticos no les importa quienes andan
con ellos: si son buenos o si son malos, si son de arriba o si son de abajo.
¡Les vale un carajo! [Los partidos políticos] solamente lo que quieren es hacer
bola, pero sin organización. (...) Si unos pierden, se hacen cómplices con los
que ganan. No podemos aquí diferenciar.» «Lo nuestro es otra cosa.»
Cabe
mencionar que el rechazo de Campanur y de los pueblos originarios es contra las
estrategias y prácticas de las cúpulas y burocracias de los partidos. Las bases
partidarias precarizadas poco tienen que ver con las negociaciones y
corruptelas de la clase política por la que votan. En todo caso, para Campanur,
como para el resto de las comunidades del CNI, la única forma de crear una
comunidad política verdadera pasa por no negociar con poderes que han
patrocinado la destrucción y el despojo no sólo de los pueblos originarios,
sino de la mayor parte de la población.
La
vocación universalista del movimiento se hace evidente aún en los momentos de
mayor desolación. El martes 16 de enero
de 2018 fue encontrado el cuerpo de una querida comunera de Cherán. Guadalupe
Campanur Tapia fue violada y asesinada; su cuerpo mancillado, golpeado, y en
estado avanzado de descomposición, fue arrojado fuera del territorio de Cherán
en la carretera Carapan-Playa Azul, en Irapio, Michoacán.
Aunque
las investigaciones están en curso, Campanur advierte que es posible que el crimen
organizado esté detrás de este feminicidio[5] El Consejo de Jóvenes de
Cherán publicó rápidamente un comunicado en el que alerta ante esta
posibilidad. Pero los jóvenes de Cherán no sólo exigen el esclarecimiento de
este crimen, sino que llaman a la unión de las comunidades y los pueblos para
resistir la boca sedienta del horror que no deja de acechar lo que crece, lo
que se defiende, lo que vive. Exigen justicia para Lupita, exigen que no se le
criminalice por su condición específica de mujer; pero sobre todo exigen
justicia para todas las mujeres asesinadas, para los hombres desaparecidos,
para todas las víctimas que en este país se multiplican todos los días bajo la
impunidad más absoluta, sin importar edad, género, o religión de las víctimas.
Tienen razón: no hay forma de exigir justicia para los propios, sin hacerlo
simultáneamente para todos.
La
iniciativa lanzada por el CNI, respaldada de distintas formas por las
comunidades indígenas y los colectivos asociados, se hizo para organizar la
sociedad desde abajo, para «retemblar en sus centros la tierra»:
«Ratificamos
que nuestra lucha no es por el poder, no lo buscamos; sino que llamaremos a los
pueblos originarios y a la sociedad civil a organizarnos para detener esta
destrucción, fortalecernos en nuestras resistencias y rebeldías, es decir en la
defensa de la vida de cada persona, cada familia, colectivo, comunidad o
barrio. De construir la paz y la justicia rehilándonos desde abajo, desde donde
somos lo que somos.»[6]
Está
por verse si Marichuy logra juntar las más de 850,000 firmas necesarias para
aparecer en la boleta electoral del 2018. Se antoja difícil; ojalá se logre.
Para el 27 de enero del 2018 se acumula un poco más del 21% de ese total[7]. En cualquier caso, el CIG
no busca reproducir las formas de acción de los partido políticos con tal de
ganar votos o firmas. Ellos dijeron que venían por todo[8], no por una candidatura ni
por un lugar en el tinglado de mala comedia electoral que cada seis años nos
receta nuestra clase (anti)política. Como dice Campanur:
«Sabemos que dentro del
proceso electoral nuestros modos ahí no caben, pero también [sabemos que] este
sistema y el modo de la política que inculcan, que habilitan, que hay en este
país, que [las] ejercen la gente mala. Nosotros decimos que eso ya no sirve.»
Y remata:
«Claro, esto no es de que
tenemos que acelerarnos para que esto de organizarse sea exactamente en el
2018. No. No es un día en el que estemos proponiendo llegar y que sea lo último
que se haga. No: es organizarnos y cambiar las cosas en un país.»
Los pueblos
originarios vienen por todo; no para el 2018, sino para todo el tiempo. No son
los únicos: nosotros venimos con ellos.
[1] La crisis de los partidos políticos y de la
democracia electoral es mundial. Acaso la diferencia entre países es de grado.
El caso de México es particularmente emblemático pues las negociaciones de las
cúpulas políticas, aún de los autonombrados partidos de izquierda como el PRD o
MORENA, ha terminado por separarlos desde hace mucho de su electorado. A los
ojos de la izquierda no electoral, esto es parte de lo que los descarta como
posibles agentes de transformación social.
[2] La historia reciente del movimiento ha sido
contada varias veces. Acá remito al lector a mi breve texto publicado en honor
al quinto aniversario del movimiento. Cherán: cinco años inventando lo imposible. Consultado 27-01-2018.
[3] Amado, Alejandro Cherán no dará su voto a candidata indígena
rumbo al 2018. Primera
Plana. Noticias (23 de agosto 2017). Consultado 27-01-2018.
[4] Ackerman, como uno de los defensores más
constantes de AMLO y MORENA, ha protagonizado varios debates en los medios de
comunicación. De particular interés para entender visiones distintas de la
política es su debate con Gilberto López y Rivas en Rompeviento. Consultado 27-01-2018.
[5] Crimen
organizado, "detrás del asesinato" de activista en Cherán http://www.jornada.unam.mx/2018/01/20/estados/023n1est.
Consultado 27-01-2018.
[6] QUE RETIEMBLE EN SUS
CENTROS LA TIERRA
http://enlacezapatista.ezln.org.mx/2016/10/14/que-retiemble-en-sus-centros-la-tierra/. Consultado 27-01-2018.
[7] Reporte diario por aspirante: http://www.ine.mx/candidaturasindependientes.
Consultado 27-01-2018.
[8] ¡Y RETEMBLÓ!, INFORME
DESDE EL EPICENTRO... http://enlacezapatista.ezln.org.mx/2017/01/01/y-retemblo-informe-desde-el-epicentro/.
Consultado 27-01-2018.
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