Silvano Aureoles reprime a comuneros de Arantepacua en Michoacán
Un conflicto territorial entre comunidades vecinas de Michoacán dio lugar a la
represión por parte del gobierno del Estado y al asesinato de 4 comuneros
residentes de la comunidad de Arantepacua.
Arantepacua es una comunidad localizada
en el municipio de Nahuatzen en la meseta purépecha del estado mexicano de
Michoacán. Esta comunidad mantiene un conflicto territorial con el
pueblo vecino de Capácuaro desde hace tiempo. El pasado martes 4 de
abril, mientras se llevaban a cabo mesas de negociación en la capital
michoacana de Morelia, un grupo de 38 comuneros de Arantepacua
fue detenido mientras se dirigía a esa ciudad. La comunidad reaccionó el miércoles
5 de abril bloqueando la carretera que va de Arantepacua a Nahuatzen y reteniendo vehículos
de carga para exigir la liberación de los comuneros.
Como respuesta, el
gobierno del Estado ordenó un operativo en el que cientos de agentes estatales allanaron
hogares y golpearon pobladores en esta pequeña comunidad michoacana. Los estudiantes Luis Gustavo Hernández
Cohenete, de 16 años, y José Carlos Jiménez Crisóstomo, de 25 años, resultaron asesinados en el enfrentamiento.
Asimismo, Francisco Jiménez, de 70 años de edad, murió ese mismo día por balazos recibidos durante la represión.
Finalmente, el pasado viernes murió en Zamora Crisanto L., de
39 años de edad, debido a lesiones por arma de fuego.
En la siguiente sección se puede observar un video con imágenes de la represión y leer la mejor crónica publicada hasta el momento, por parte de Manuel Vega Zúñiga, miembro de
la Coordinadora Socialista Revolucionaria.
Arantepacua, terrorismo de Estado contra los
pueblos indígenas
Por Manuel Vega Zúñiga,
miembro de la Coordinadora Socialista Revolucionaria
e integrante de la Asociación Nacional de Abogados Democráticos
e integrante de la Asociación Nacional de Abogados Democráticos
“Hoy las tierras fueron regadas con
sangre, mañana esas tierras florecerán dignidad, los ríos gritaran el nombre de
los desaparecidos, el viento en los arboles pronunciaran el nombre de los
asesinados, es por eso que jamás olvidamos, es por eso que jamás nos
derrumbamos, sus almas se convierten en semillas de autonomía y dignidad, el
maíz crecerá rojo y nuestra gente se alimentará de digna rabia. ¡Juchari
uinapikua!”
Jimena Baltazar
Ejecuciones extrajudiciales, detenciones arbitrarias, personas no
localizadas, uso excesivo de la fuerza pública, allanamiento de
viviendas, es por ahora el saldo del terrorismo de Estado que se ha
manifestado esta vez en Arantepacua, Michoacán.
Para contextualizar: Arantepacua es una comunidad indígena perteneciente
al municipio de Nahuatzen, ubicado en la Meseta Purépecha del estado de
Michoacán, al Occidente de México. Desde hace tiempo se encontraba en un
conflicto territorial con la comunidad vecina de Capácuaro, ante lo cual las
autoridades estatales han mostrado su incapacidad para resolver el conflicto de
forma pacífica, por el contrario, su reacción ha sido criminal e irresponsable.
Tras un operativo fallido, la violencia de Estado ha enlutado a la
comunidad dejando cuatro muertos, dos de ellos estudiantes y un menor de edad,
una docena de heridos y medio centenar de indígenas detenidos.
Martes 4 abril
Con motivo del conflicto agrario mencionado[1], durante los últimos dos meses las
autoridades estatales de Michoacán instauraron unas mesas de diálogo entre
comuneros de Capácuaro y de Arantepacua. Sin embargo, el martes pasado, al
tiempo que se llevaba a cabo la mesa de negociación correspondiente, fueron
detenidos 38 comuneros de Arantepacua que pretendían llegar a Morelia para
apoyar a sus compañeros y manifestar sus demandas, fueron detenidos bajo el
argumento de que habían obstruido las vías de comunicación y que el autobús en
el que viajaban supuestamente tenía un reporte de robo[2].
Miércoles 5 abril
Como reacción ante la detención de sus compañeros, los habitantes de la
comunidad indígena se organizaron y como forma de protesta bloquearon la
carretera Arantepacua-Nahuatzen y retuvieron vehículos de carga de mercancía
para exigir la liberación de sus compañeros.
Ese fue el gravísimo delito que exacerbó al Gobernador de Michoacán y
razón por la cual montó un magno operativo por aire y tierra para liberar la
carretera y las mercancías, porque antes que la integridad de las personas,
para el narco-estado burgués están las mercancías.
Aproximadamente unos 400 agentes estatales distribuidos en cerca de 80
camionetas, dos helicópteros de la Secretaría de Seguridad Pública, y un
vehículo blindado arribaron a la comunidad, enfrentándose con mujeres, hombres,
jóvenes, niños, e incluso personas de la tercera edad, quienes intentaron
defenderse con piedras, palos, machetes y cohetones, pero los cuerpos
policiacos les superaban en número y en armamento, y éstos, al no estar
debidamente capacitados para contener, toman la ofensiva como una provocación y
entonces tiran a matar. El saldo: cuatro muertos, dos fallecidos en el lugar, y
dos más tarde mientras recibían atención médica, además, otros diez
detenidos durante el enfrentamiento.
Las víctimas mortales
En un video proporcionado por los propios miembros del Grupo de
Operaciones Especiales se escucha el siguiente diálogo entre los policías:
-“Le están tirando a aquél, le están tirando a aquél de allá”.
-“Ah, ya lo tiraron, ya lo tiraron”.
-“Ya cayó uno, ya cayó uno”
-“Ya le tiraron al de rojo”
-“¿Ya cayó uno?”
-“Ya.”
Quien cayó fue Luis Gustavo Hernández Cohenete, de 16 años, estudiante
de cuarto semestre del Colegio de Bachilleres, quien murió portando el uniforme
de la escuela mientras trataba de huir de los disparos, pero lo alcanzaron una
bala en el torso y dos en la frente.
La Dirección General del COBAEM emitió una esquela que decía lo
siguiente:
“La Dirección General del COBAEM y la comunidad bachiller, lamenta el
sensible fallecimiento de Luis Gustavo Hernández Cohenete apreciado alumno del
cuarto semestre del plantel Arantepacua. Nos solidarizamos con el dolor que
embarga a familiares y amigos, esperando encuentren resignación ante tan
irreparable pérdida.”
Pero hay que decir las cosas por su nombre, el compañero no simplemente
‘falleció’; a Luis Gustavo lo asesinaron. A Luis Gustavo lo mató el Estado.
Un segundo estudiante asesinado es José Carlos Jiménez Crisóstomo, de 25
años, era estudiante del octavo semestre de la Licenciatura en Enfermería en la
Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, y ex-morador de la Casa
del Estudiante 2 de Octubre.
Sin que hasta el momento se haya pronunciado al respecto el Rector ni el
Consejo Universitario para condenar el cobarde asesinato y exigir justicia.
Mucho más contundente y comprometido que el COBAEM y que el mutis de la
UMSNH, la Casa del Estudiante 2 de Octubre sí condenó el asesinato de su
compañero a través del siguiente desplegado:
“Sobre la ejecución extrajudicial de nuestro compañero Nicolaita
ex-morador de la casa del estudiante 2 de Octubre:
El día de ayer miércoles 5 de abril, fue ejecutado extrajudicialmente
nuestro compañero de lucha José Carlos Jiménez, estudiante de la Facultad de
Enfermería de la UMSNH, cayó defendiendo con su vida a su comunidad de
Arantepacua de la brutal represión manos de las Fuerzas policiaco militares del
estado burgués, que llego con la orden de desalojar a toda costa, este criminal
asesinato se suma a las miles de víctimas del terrorismo de Estado en México,
nuestro compañero, fiel defensor de las casas del estudiante y de la educación
pública, se distinguió siempre como un morador y Nicolaita consciente,
caracterizándose por su actitud firme y decidida, llegándose a ganar el respeto
y la admiración de la casa, pocos como el compañero que se apegó hasta sus
últimos días a los principios nicolaitas y humanistas.
Repudiamos totalmente su ejecución, hacemos un llamado enérgico al
gobierno estatal y federal para que cese la represión, rechazamos
categóricamente cualquier tipo de violencia para resolver los conflictos.
El gobierno de Silvano Aureoles pasará a la historia como asesino
represor y enemigo de la educación pública.
Nos sumamos en apoyo total a la lucha de los pueblos originarios y nos
pronunciamos por la liberación de los comuneros presos políticos, al igual que
nos reservamos nuestro derecho a la movilización para exigir justicia.”
Honorable C. Dos de Octubre.”
El tercer comunero acribillado fue don Francisco Jiménez, de
aproximadamente 70 años de edad, quien quedó tendido en el piso con el
pecho ensangrentado a consecuencia de los impactos de bala, a un lado de su
cuerpo, se encontraba un machete con el que se corta caña para pretender
persuadir o defenderse, pero no podía competir contra las armas de fuego.
Por último, la mañana de este viernes, falleció Crisanto L., de 39 años
de edad, quien se encontraba hospitalizado desde el pasado 05 de abril, debido
a que presentaba heridas por proyectil de arma de fuego.
Ante la masacre ocurrida, los medios de comunicación locales callaron.
Si las autoridades universitarias no alzaron la voz ante el crimen en el cual
fueron asesinados dos estudiantes, algunos catedráticos sí lo hicieron a título
personal.
La mañana de ayer, la Dra. Teresa Da Cunha Lopes, profesora
investigadora de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, al pasar
por los puestos de periódicos se indignó al leer los encabezados:
«Policías son emboscados en Arantepacua» El Sol de Morelia; «Comuneros
emboscan a policías» Provincia. El diario grande de Michoacán; «Balean a
polis» Testigo. Diario de los sucesos urbanos; «Violento choque entre
policías y comuneros» Cambio de Michoacán. Tomó fotos de los titulares y
las subió a su cuenta de Facebook junto con la siguiente leyenda:
“Una prensa libre, digna de una democracia plena, estaría AHORA
investigando, colocando preguntas, entrevistando a los sobrevivientes. NO
PUBLICANDO SENDOS TITULARES JUSTIFICANDO, SIN HACER UNA SOLA PREGUNTA. Un
operativo a todas luces fallido, que deja una comunidad en luto y mexicanos
muertos en las calles.”
Más tarde la profesora Da Cunha publicó en ese mismo medio lo siguiente:
“El ‘precio’ a pagar por una intervención a causa de un conflicto
de tierras o por el rescate de tres o cuatro vehículos para apaciguar otros
tantos empresarios no puede ser nunca justificativo del derramamiento de
sangre. Un operativo que resulta en este saldo de víctimas sólo demuestra dos
cosas:
1.- Una criminal indiferencia para con el valor de las vidas humanas; y
2.-Una monumental incapacidad operativa de las fuerzas de
seguridad del estado para actuar en situaciones en que se encuentran
involucrados civiles.”
Por su parte, el Dr. José Herrera Peña, también profesor-investigador de
la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, ante el clamor social que
exigía la renuncia del Gobernador Silvano Aureoles, expuso en su cuenta de Facebook
lo siguiente:
“No. Nada de renuncia. La Comisión Legislativa de Pueblos Indígenas del
Congreso del Estado debe reunirse para pedir al Gobernador que presente un
informe al respecto, después de lo cual podría solicitar que se le someta a
juicio político. El Gobernador de Michoacán debe asumir la responsabilidad
inherente a su cargo y explicarle al pueblo por qué sus fuerzas policíacas
asesinan indígenas. Es inaudito que, en lugar de hacerlo, evada su
responsabilidad. Es hora de que la Legislatura local lo llame a cuentas para
que informe lo sucedido.”
Jueves 6 de abril
Ayer por la tarde Juan Bernardo Corona Martínez, Secretario de Seguridad
Pública de Michoacán, dio una rueda de prensa para explicar lo sucedido. “Nos
emboscaron”, dijo. Eso mismo dijeron en Nochixtlán. Nos emboscaron… Un grupo de
indígenas armados con piedras, palos, machetes y cohetones, frente a policías y
granaderos armados con armas de fuego.
Que haya muertos lo que revela es la ineptitud de los cuerpos policiacos
para poder contener un conflicto sin la necesidad de asesinar. Revela también
el incumplimiento a la obligación que tienen de realizar un uso racional y
proporcional de la fuerza, pues salvo que su objetivo sea matar, de otra manera
no se explica por qué el uso mortal y desproporcionado de la fuerza.
Después se supo la verdadera causa:
“(…) desde el pasado martes comenzaron a bloquear vías de
comunicación y retener vehículos de empresas particulares, algunos con
mercancías que no han podido llegar a sus destinos.”, dijo el Secretario de
Seguridad Pública.
“En Michoacán, nadie, nadie [enfatizó] puede
estar por encima de la Ley”. Les exhortó a los comuneros de Arantepacua que
se ajustaran al Estado de Derecho, y que se manifiesten, pero por la vía de la
legalidad…
Y finalmente sentenció: “La instrucción del Gobernador Silvano
Aureoles Conejo ha sido clara y determinante: cero impunidad, para quienes se
empeñen en quebrantar la ley, no habrá tregua ni espacio”…
Lo dicen quienes cometieron ejecuciones extrajudiciales; quienes
allanaron viviendas sin contar con órdenes de cateo; quienes emplearon un uso
desproporcionado, excesivo y mortal de la fuerza pública.
Lo dice el estado en donde reina la impunidad. Lo dice el narco-Estado
por excelencia. El que tiene hoy preso a Jesús Reyna, ex Gobernador interino,
en un penal federal acusado de tener vínculos con el crimen organizado.
Ya la gente cuestiona la legitimidad democrática de esa supuesta
legalidad del estado burgués con la que se llenan la boca los gobernantes para
controlar, ya la gente no cree en su Estado de Derecho, porque ese Derecho no
les beneficia, no surge del pueblo y sólo sirve para oprimir.
“La resistencia está siendo combatida con represión jurídica, ésto es,
con mayor legislación. No hay que equivocarse: cuando la burguesía habla de no
intervención del estado, de achicar el estado, habla de la legislación
económica. No de la penal (…) la conducta de permanecer en la calle o camino,
estorbando la circulación vehicular -o de mercancías para ser precisos- se
trata de un nuevo delito llamado de «ataques a las vías de comunicación», que
criminaliza una de las protestas sociales más efectivas cuanto irritante. (…)
la protesta en las calles ha sido criminalizada, ésto es, convertida en delito
por el trámite de una simple norma producida por los ‘representantes’ del
pueblo. Piénsese que la protesta es un derecho humano fundamental en una
sociedad injusta. (…) la represión, por otra parte, tiene muchos rostros, la
mayor parte de ellos enmascarados con la legalidad, que a veces es nombrada
como ‘estado de derecho’.”[3]
Hay un contexto previo, y no me refiero a la obviedad de un contexto
histórico de opresión hacia los pueblos y comunidades indígenas, hablo de un
contexto inmediato, de uno característico y sistemático del actual gobierno de
Silvano Aureoles:
“Recordemos que hace más de un mes acudieron más de mil policías a la
comunidad indígena de Calzontzin, perteneciente al municipio de Uruapan, para
amedrentar a la población que se encontraba en resistencia por la inacción del
gobierno estatal frente a un problema de la comunidad. De este lamentable
hecho, resultaron varios heridos y la captura de 17 habitantes, algunos de los
cuales permanecen aún en prisión.”[4]
“Todo esto se suma a la reciente desaparición de la Secretaría de
Pueblos Indígenas en el estado de Michoacán, lo cual deja claro que las comunidades
y pueblos indígenas de Michoacán no son contemplados como actores relevantes
para esta administración. El cúmulo de acciones muestra una grave política que
criminaliza y menosprecia las luchas de los pueblos y comunidades indígenas”[5]
Viernes 7 de abril
Ya la Comisión Nacional de Derechos Humanos atrajo el caso[6], en unos meses, o quizá años, emitirá una
recomendación más en donde dirá que hubo ejecuciones extrajudiciales; que hubo
allanamientos de viviendas; que hubo un uso desproporcionado, excesivo y mortal
de la fuerza pública. Como en Atenco, como en Tlatlaya, en Apatzingán,
Ostula, Ayotzinapa, Tanhuato, Nochixtlán, o ahora Arantepacua…
Ya no queremos más justicia de escritorio, queremos no morir por
defender el territorio, queremos no más despojo ni extractivismo, queremos no
más racismo que invisibilice nuestras muertes. Queremos no más racialización de
la pobreza, de la exclusión.
“La CNDH abrió las quejas de oficio: MOR/203/2017 por la detención de 38
personas que se dirigían a Morelia provenientes de Arantepacua el pasado martes
4; y la MOR/211/2017 por la detención de 10 personas luego de un enfrentamiento
en esa comunidad indígena el miércoles 5 de abril (…) En el primer caso, se
emitieron medidas cautelares de protección para garantizar la integridad física
y el estado de salud de los participantes y para que se proporcionara un
intérprete en los casos requeridos.”[7]
La conciencia está creciendo, la protesta está creciendo, la crisis no
está en nuestra mente, como dice el Presidente. Si la crisis estuviera en
nuestra mente no estarían ahora mismo negociando en el Congreso de la Unión la
militarización del país para criminalizar marcialmente la protesta con la
aprobación de la llamada Ley de Seguridad Nacional, pero la burguesía tiene
miedo y ya comienzan sus despliegues de fascismo.
Este sistema económico y político racista, clasista, misógino y
homofóbico, oprime a las mayorías; aunque nos quieran desarticular y por eso
nos llamen “minorías”.
“El Estado ya no sabe matar una sola vez, sino que tiene que matar dos
veces. Tiene que matar, destruir la vida, y después destruir la dignidad con la
mentira. Un Estado débil es el que tiene que matar dos veces, para estar seguro
de que mata. (…) Los mexicanos son mejores que su Estado, pero muchísimo
mejores. Porque perderán la vida, pero nunca la dignidad.”[8]
Los pueblos indígenas hoy están de luto, bañados en sangre y llanto.
“Hermanos y hermanas de Arantepacua, su dolor por el asesinato de los
compañeros es nuestro. Luchamos pues tenemos la certeza de que el castigo a los
culpables surgirá de la dignidad, la resistencia y la rebeldía de nuestros
pueblos. Sembrar verdad y justicia en la destrucción que nos traen los
poderosos es lo que sabemos hacer los pueblos.
Los malos gobiernos piensan que esparciendo el terror en los territorios
indígenas de Michoacán, y en gran parte de la geografía nacional, es cómo van a
acallar a los pueblos y su palabra, pero eso no pasará, pues la palabra que hoy
gritan en colectivo los pueblos originarios nace justamente de la indignación,
el hartazgo y la decisión de no dejarse matar, despojar, dividir o comprar.”[9]
Sábado 8 de abril
Mañana comienza el Tianguis Artesanal de Domingo de Ramos, el tianguis
artesanal más grande de Latinoamérica, que congrega en Uruapan, Michoacán, a
artesanos nahuas, mazahuas, purépechas y otomíes de la región.
Entonces el Gobierno del Estado hace ‘su agosto’ con la derrama
económica del turismo nacional e internacional, y ahí sí envían de anfitriona a
la Secretaría de Turismo y no a la de Seguridad Pública, muy coloridos por
todos lados se muestran orgullosos de los pueblos indígenas, pero sólo en esas
fechas, no los conciben como sujetos vivos, con necesidades concretas, con sus
propias cosmovisiones, les conciben folclóricamente como piezas de museo, como
piezas del pasado, no los sospechan tampoco como sujetos revolucionarios,
capaces de transformar el mundo, pero los pueblos indígenas han sabido resistir
por siglos las violencias estructurales y estatales más cruentas y nos han
legado grandes muestras de justicia y dignidad.
Será necesario articular estrategias con los pueblos indígenas de
América Latina y del mundo para pasar de la resistencia a la ofensiva; será
necesario articular estrategias entre las y los oprimidos del mundo para para
destruir el yugo ya sea de raza, clase, género, u orientación sexual.
Condenamos el terrible acto de brutalidad y represión en el cual le
arrebataron la vida a 4 hermanos purépechas y exigimos la libertad a los
presos, exigimos un alto a la criminalización de la protesta, exigimos que se
haga justicia, sabemos que la justicia no vendrá de los culpables de nuestra
opresión, por eso estamos convencidas y convencidos de que de la rebeldía
nacerá la libertad de los pueblos.
¡Estado fascista, que matas normalistas! ¡Estado, farsante, que matas
estudiantes!
[1] El cual se
encuentra en litigio ante los tribunales agrarios pero no es materia del
presente análisis saber si el territorio corresponde legalmente a Capacuaro o a
Arantepacua, sino denunciar la reacción criminal del estado y su ineficacia
para resolver los conflictos de forma pacífica.
[2] “La empresa
«Purépechas», la línea de autobuses dueña de la unidad que tomaron los
comuneros, mandó a su representante legal para aclarar que ellos no habían
denunciado a los comuneros.” Rodrigo Caballero Díaz, ‘Queremos que castiguen a
quien ordenó el ataque: comuneros de Arantepacua’, periódico digital
Información Disruptiva Inteligente, 06 de abril de 2017.
[3] Oscar Correas,
Sobre la criminalización de la protesta social, publicado en: Criminalización
de la protesta social y uso alternativo del derecho, Alma Melgarito Rocha et
al. (Coord.), UNAM y Ediciones Coyoacán, México, 2014, pp. 21, 22 y 23.
[4] Pronunciamiento
en apoyo a la comunidad Purépecha de Arantepacua, Michoacán, Emancipaciones,
Colectivo de Estudios Críticos del Derecho y las Humanidades, 06 de abril
de 2017.
[6] “La Comisión
Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) atraerá el caso por los hechos de
violencia ocurridos el día de ayer en la localidad de Arantepacua, municipio de
Nahuatzen, Michoacán, donde como resultado de un enfrentamiento entre elementos
de seguridad pública y comuneros hubo [4] personas que perdieron la vida y
otras más resultaron heridas.” CNDH, Comunicado de Prensa DGC/104/17.
[7] Francisco
Castellanos, CNDH desmiente a gobierno de Michoacán: murieron cuatro, no uno,
en Arantepacua, revista Proceso, 06 de abril de 2017.
[8] Boaventura de
Sousa Santos, “Los mexicanos son mucho mejores que su Estado”, revista Proceso,
06 de abril de 2017.
[9] Comunicado
conjunto del CNI y el EZLN denunciando la represión contra la comunidad
Purépecha de Arantepacua, Michoacán, 06 de abril de 2017.
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